Running herrikoia.
Eta triatloia, mendia, igeriketa, ...

Zubiri, a la derecha en una maratón de patines

Zubiri, eskuinean, Iruña- Puente la Reina maratoiko helmuga gainditzen, Iosu Salbide bere patinetako gidariarekin.

 

SERAFÍN ZUBIRI MÚSICO, ATLETA Y DORSAL 1 MASCULINO DE LA CARRERA DE PRIMAVERA

“Me queda el triatlón, pero en el deporte he hecho muchas más cosas de las que podía imaginar”
Lo conocemos por su faceta musical, pero le ha pegado a todos los palos en el deporte y con él lo repasamos. Este año Serafín Zubiri se estrenará en la Carrera de Primavera y lo hará con el dorsal uno, que reconoce toda su trayectoria deportiva
NAIARA PUERTAS IBAN AGUINAGA - DONOSTIA - Noticias de Gipuzkoa
¿Cómo empieza su relación con el deporte? ¿Le impulsó a comenzar algún motivo en especial?
 
-Lo recuerdo perfectamente. Empieza el 1 de junio de 1987. Entonces tenía 23 años y empecé a notar la necesidad de hacer algo por mí mismo. Al principio comencé andando con un amigo, incluso a modo de apuesta. Fuimos a más y en pocos meses ya pude hacer corriendo algunos tramos de ese recorrido inicial de diez kilómetros que nos planteamos, y después, el recorrido entero corriendo.
 
Más tarde comenzó a hacer algo más profesional...
 
-Sí, a partir de ahí me tomé muy en serio la práctica deportiva. Me metí en el grupo deportivo de la ONCE con una progresión bastante fuerte, tanto que pude establecer un récord en la prueba de 1.500 metros e igualé un récord de 800, incluso sin ser esa la carrera que yo preparaba, también corría carreras de 5.000… Pero en el año 1992 participé en Eurovisión y de alguna manera la preparación deportiva a nivel competitivo era algo incompatible con mi trabajo. Habría tenido posibilidades de estar en los Juegos Olímpicos de Barcelona, pero prioricé la música.
 
Y ahora viene a esta Carrera de Primavera, pero conoce de sobra Donostia porque es un habitual de ‘la Behobia’ y otras pruebas como el maratón.
 
-Sí, he corrido la Behobia-San Sebastián ocho o diez veces, habré corrido más de 30 medias maratones y diez maratones completas. Fue en el año 95 cuando empecé con las carreras de fondo: la maratón de San Sebastián la he terminado en dos ocasiones, además de la de Nueva York, la de La Habana, cinco maratones en Madrid, otra en Sevilla... Mi objetivo todo este tiempo no ha sido otro que ir marcándome metas y superándome a mí mismo.
 
Y siguiendo con ‘la Behobia’, la ha hecho hasta en patines...
 
-Hace un par de años me tentaron con el tema de los patines, y también acepté ese reto. Para alguien que no ve, de entre todos los deportes que he realizado, quizá es el más complicado porque hay que controlar la velocidad y asumes más riesgo. Ya he hecho la Behobia un par de años en patines, y este año será el tercero en el que haga la maratón Pamplona-Puente la Reina patinando. De hecho, es una de las maratones más duras en esta modalidad.
 
¿Y se queda con los patines o prefiere hacer estas carreras corriendo?
 
-Teniendo en cuenta el riesgo que decía antes, la verdad es que patinar castiga menos el cuerpo y las articulaciones. Además, este año quiero hacer la maratón de Martín Fiz en Vitoria, pero también en patines. Sé que podría correrla, porque ya he disputado otras pruebas así, pero a estas alturas el castigo físico que supone ya no me compensa. Patinando la disfruto muchísimo y sé que no va a ser tan implosiva para mi cuerpo.
 
 
 
Quizá una de sus facetas más desconocidas es la que atañe a la montaña. Ha llegado a lugares no precisamente fáciles. ¿Cómo fue esa preparación?
 
-En el 94 montamos un grupo de montañeros patrocinados por la ONCE y logramos hacer cumbre en el Kilimanjaro, el Montblanc, y el Aconcagua, que son las cimas más altas de sus respectivos continentes. Fue algo muy bonito y muy diferente de lo que había hecho hasta entonces, que había sido solo atletismo. Son expediciones que se preparan con mucha antelación y con concentraciones en los Pirineos. En realidad, los invidentes nos movemos en la montaña como cualquier persona que ve, pero necesitamos un guía que va delante y que en sus botas lleva unos cascabeles. Unos suenan más agudos y otros más graves, de manera que así tenemos información de lo que él está haciendo, de qué pie está moviendo y de dónde lo tiene, y vamos copiando ese movimiento, además de tener en cuenta la información que el propio guía te da. También utilizamos mucho los bastones, no solo a modo de apoyo, sino también como elemento de tanteo, para tocar y detectar obstáculos.
 
¿Le queda algo por probar en el ámbito deportivo?
 
-El 2 de abril voy a correr mi primer duatlón, el de la Ultzama. En 2001 empecé con el ciclismo, donde he disputado todo tipo de pruebas y que también me gusta muchísimo, por ser más completo y menos cañero a nivel muscular y articular que el atletismo. Mi participación en este duatlón es el mejor modo de fusionar este par de disciplinas, la bici y el atletismo, que llevo tanto tiempo practicando. Si tuviera que elegir algo, quizá mi asignatura pendiente sería la natación, me desenvuelvo en el agua y sé que es uno de los deportes más completos que hay, pero no termina de atraerme. Posiblemente lo que me quede por hacer sea un triatlón, aunque tampoco me quita el sueño porque he hecho muchas más cosas de las que imaginaba en el terreno deportivo, así que tengo mis expectativas perfectamente cubiertas.