Compartimos con todos vosotros el artículo que nos ha escrito Leo Sánchez tras su exitosa carrera que se celebró en Santander el fin de semana pasado (tal cual os adelantamos en Instagram). Leo fue el primero en su categoría, por tanto Medalla de Oro y Campeón de España en la distancia de 50 kilómetros.
Zorionak Leo!!!
El sábado pasado se celebraba en la capital Cántabra y también del Ultrafondo, la habitual carrera conocida como los 100 kms de Santander.
Carrera que contiene diversas modalidades, entre las que La Real Federación Española de Atletismo, había organizado está vez dos campeonatos: El habitual Campeonato Nacional de 100 kms y por primera vez el I Campeonato Nacional de 50 kms; ambos en sus dos versiones de Absoluto y Máster.
Como consecuencia de la pandemia, este año no había Campeonato de Relevos, donde nuestro club suele participar con una nutrida cantidad de socios, ya que el número total de participantes, estaba limitado a 300.
La carrera cumplía con la normativa anticovid, salida en filas con separación marcada en el suelo cada 1,5 m, uso obligatorio de la mascarilla puesta hasta 200 m de la salida, y obligatoriedad de llevarla consigo todo el tiempo, para volverla a poner una vez traspasada la línea de meta.
Yo ya había participado en las ediciones de 2017 y 2018 en 50 kms, (pruebas piloto y no oficiales aún en esta distancia), y en la última de 2019 en el Campeonato Máster de los 100 Kms.
Este año me hacía ilusión participar en la de 50, por aquello de que era el Primer Campeonato Nacional de 50 kms.
Mi cuerpo tampoco estaba preparado para participar en la de 100, ya que había estado casi 5 meses sin entrenar, debido a una lesión de menisco, 4 meses esperando ser operado, uno de post operatorio, y por último cuando justo había empezado a trotar, un confinamiento de casi dos semanas más, por un falso positivo.
Total solo me quedaban 6 semanas de entrenamiento para una competición que realmente necesitas casi 6 meses, para estar en condiciones de salir a competir con un mínimo de garantías
Mi progresión en estas 6 semanas fue muy satisfactoria, pero tenía que ser consciente que mi rodilla no podía estar en condiciones de forzarla para competir o ir a hacer ningún tipo de marca.
Debido a lo cual decidí participar, pero con las ideas muy claras de que debía hacerlo a un ritmo muy muy suave y conservador, y sin ningún tipo de presión por el tiempo. Pero como algún tipo de referencia hay que tener, pensaba que podría andar sobre las 5 horas y si todo fuera bien podría rebajar algunos minutillos.
Todo sin olvidar el objetivo de disfrutar pero DISFRUTAR de verdad, no "disfrutar" como habitualmente decimos casi todos, cuando en el fondo sabemos que especialmente al final siempre nos va a tocar sufrir, pero esta vez mi convencimiento era distinto al de otras carreras, o por lo menos hasta ya en las últimas vueltas, donde también sabes que por muy lento que vayas, las piernas se van cargando, y tendrás que apretar los dientes, pero los que ya hemos hecho unas cuantas carreras, y ves que la meta está al alcance, el sufrimiento es menor que la ilusión de poder alcanzar la meta.
Para evitar aglomeraciones la primera salida era precisamente la de 50 kms a las 7:00 y 10 min. más tarde la de 100 kms.
La climatología no era mala, 17 grados, aunque ya se notaba bastante humedad. Lo peor era para los de 100 kms ya que a partir de las 11 se quedó el cielo despejado y la temperatura subía de lo lindo.
Este año no había la habitual concurrencia y animación por parte del club, pero faltando solo unos minutos para la salida, y estando ya situados cada uno en nuestro puesto aparecieron las hermanas Esnaolas, Eva e Idoia, para dar ánimos, desear suerte y suplir la ausencia del también habitual reportero Peralta.
Comienza la carrera, todo transcurre según lo previsto, primeros kms con el freno de mano puesto, prestando más atención a las sensaciones y pulso que al ritmo.
Hago la primera vuelta (5 kms) en 28':51", la segunda en 28':49", la tercera en 28':41", todo va sobre ruedas hasta que en los 2 kms de la cuarta (km 17) al finalizar el paso por un largo puente de tablas sintéticas de imitación madera (idénticas a las de aquí en el paso peatonal del puente de hierro, pero aún más deterioradas y con gran efecto rebote), me producen un dolor en la cadera izquierda.
Trato de bajar un poco el ritmo, sigue la molestia, aunque tampoco iba a más. La cuarta vuelta ya me sale un minuto más lenta, pero aún faltaba más de media carrera, por lo que tengo que bajar aún más, y noto que cada vuelta me sale aprox. un min más que la anterior.
Paso por el km 35 en 3h:26 min, unos 5 min más que en el entrenamiento más largo 15 días antes, las molestias persisten, las sensaciones no eran las mejores, y aunque optimista debido a que la molestia en la cadera no se incrementaba, y la rodilla no se resentía, noto que por acto reflejo voy corriendo un poco torcido, para descargar ese lado, lo que me obliga a bajar aún más el ritmo llegando hasta los 33':12" en la penúltima vuelta que sería la más lenta.
La última ya con la confianza de terminar, te olvidas de las molestias y solo piensas en que la meta se acerca.
Cruzas la meta, con la alegría en el cuerpo, los brazos en alto, te pones la mascarilla, te nombran por el altavoz de llegada y un juez te felicita y te conduce al stand donde están los trofeos, para darte la copa y decirte que a la tarde tienes que ir a recoger la medalla de oro que te acredita como Campeón de tu categoría M70 del Primer Campeonato de 50 kms.
Con la emoción se te olvida el sufrimiento, las molestias hasta parar el pulsómetro, pero miras tú tiempo en la web: 5h:03':53", has pasado unos min por encima de las 5h en lugar de unos min menos que habías previsto, incluso algo más de media hora que hace 3 años en el mismo sitio, pero eso no importa, el sufrimiento ha terminado y te quedas con la satisfacción del deber cumplido y poder levantar los brazos con la medalla colgando.