Hace unos días, el diario El País publicó la noticia del peculiar fallecimiento del corredor de 95 años Emiel Pauwels.
De nacionalidad belga, participó el pasado mes de marzo en Donostia en 60m lisos, resultando ganador.
Incluimos a continuación la primera parte del artículo, el enlace al artículo completo en elpais.com y una copia en pdf.
Llevaba toda la vida corriendo, una vocación de la que vivía y que le había reportado, presumía, más de mil medallas. A sus 95 años, Emiel Pauwels, el atleta más longevo del mundo, solo pensaba en nuevas metas. Y la perspectiva de tener que renunciar a ellas por un cáncer de estómago le quitó las ganas de seguir. Y no pensaba solo en el atletismo. Así que cuando este belga nonagenario supo que la enfermedad le obligaría a cambiar de vida, decidió acabar su carrera más larga. Él, que tantos retos había afrontado desde los 14 años, optó por acogerse a la eutanasia. Murió el pasado martes por una inyección letal tras despedirse por todo lo alto.
La historia de Emiel Pauwels encierra una mezcla de miedo a la enfermedad y valentía ante la muerte que le llevó a tomar un camino inimaginable en casi cualquier otra parte del mundo (Bélgica es uno de los pocos países donde la eutanasia está legalizada). “Para nosotros ha sido una cuestión sencilla que hemos discutido juntos”, explica con admirable serenidad Eddy, su único hijo. Cuando se le pregunta si ha sido duro aceptarlo, asegura haber estado “al cien por cien junto a su padre” en esta elección, que no duda en calificar de valiente.
En conversación telefónica desde Brujas, donde tiene su domicilio, el hijo de Pauwels explica los motivos: “Era el fin de su carrera como atleta, ya no podía correr más y entonces decidió acabar con su vida. Correr era muy importante para él”, concluye.